Os preguntaréis qué puede impulsarnos a visitar un lugar donde la mayoría de los visitantes son esquiadores y senderistas. Pues bien, además de ser un destino ideal para esos aficionados, es un lugar perfecto para visitar con niños y enseñarles a apreciar la naturaleza, respirar aire puro y practicar senderismo. En este lugar, en fechas especiales como la festividad de San Juan el 24 de junio, se celebra de una manera única: los participantes descienden de las montañas hasta el valle con antorchas, llevando consigo el fuego que encenderá una gran hoguera. Esta hoguera se erige en mitad de un lago, alrededor del cual todos cantan y bailan, despidiendo simbólicamente las malas experiencias del año pasado para dar la bienvenida a un nuevo comienzo.

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Durante el fin de año, la llegada del nuevo año se celebra con una impresionante cena y fuegos artificiales. Es común que nieve en esta época, lo que añade un manto de belleza al evento y permite disfrutar al día siguiente de unas magníficas jornadas de esquí.

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Este lugar no solo ofrece belleza natural, sino también una rica historia que merece ser conocida. Sus orígenes están marcados por una sociedad matriarcal de raíces íbero-vascas  paganas, donde las mujeres gestionaban los clanes rivales que habitaban las altas montañas. Los habitantes de Núria, los ibero-vascos, adoraban una piedra blanca para atraer fertilidad a sus mujeres. Su principal actividad económica era la cría de ganado, especialmente ovejas, y sus viviendas eran cabañas de piedra utilizadas para el cuidado de los animales.

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Se ha de saber que el nombre de Nuria proviene de una  palabra ibera UR que significa Agua, y  se entiende porque geológicamente Nuria es un circo glaciar de montañas donde todo el agua de las nieves y de las lluvias desemboca en el valle que es un plano sedimentario donde confluyen 5 valles: El Puigmal, Finestrelles,  d'Eina, Npoucreu y Noufonts., de forma que toda las nieves que funden llegan hasta el valle de Nuria. 

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Desde el Neolítico, esta región ya era conocida por la elaboración de queso, aprovechando los extensos bosques de robles y encinas que se extendían hasta el Puigmal. Sin embargo, la historia más reciente de Núria tiene su punto de partida con la llegada de un predicador griego de nombre Egidio, conocido como San Gil, alrededor del año 700. San Gil, descontento con las resoluciones del Tercer Concilio de Constantinopla, también conocido como Concilio Trullano por la sala del palacio imperial donde se llevó a cabo, no estuvo de acuerdo con lo decidido. Defendía la iconografía, es decir, las imágenes, algo que en Turquía, debido a la influencia musulmana, se estaba prohibiendo. Así, optó por una vida eremítica para predicar la doctrina de Cristo según sus propias convicciones. Después de pasar por la Provenza, llegó hasta estas tierras.