Rías de Muros Noia: El Camino del Mar
Textos y fotos:Guillermo Cachero
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El mar fue quien llevó los restos del apóstol hasta Compostela. Más tarde, en el siglo XII, fueron los cruzados quienes se acercaron por mar al Santo para que les protegiera en su lucha en Jerusalén. Por tanto, el mar es el primer camino de fe. Y para recuperar ese "camino", nace la nueva propuesta del "Camino Marítimo de la Ría de Muros Noia", una experiencia para llegar hasta el apóstol en un velero. Es ideal para meditar en el océano, conectar con la flora y fauna marina del archipiélago de las Islas Cíes en las Islas Atlánticas de Galicia, y conocer ciudades medievales en plena ría, como Muros y Noia, entre otras.
Durante el siglo XII al XVI, esta fue la ruta empleada por ingleses, alemanes, flamencos y aquellos procedentes de los países escandinavos, como Noruega, Suecia, Dinamarca, Finlandia o Islandia. Todo comenzó cuando una flota de ingleses, alemanes y flamencos se dirigía en una cruzada a Tierra Santa y una parte de la misma se desvió a Portugal para ayudar al rey de este país a la conquista de Lisboa. Al estar Portugal cercano a Santiago de Compostela, decidieron llegar hasta el Apóstol para pedir ayuda en su propósito. La peregrinación inglesa finalizó cuando el rey Enrique VIII rompió con la Iglesia Católica debido a su divorcio con Catalina de Aragón, lo que causó el fin de la peregrinación y condenó al ostracismo a esta ruta durante siglos.
Para aquellos creyentes católicos que venían de esas lejanas tierras, esta ruta reducía el peregrinaje a unas tres semanas, ida y vuelta, en contraste con los cerca de cinco meses que duraba el periplo a pie a través de Francia y los Pirineos, con caminos peligrosos infestados de maleantes y ladrones.
En honor a estos primeros peregrinos que llegaban desde tierras lejanas, nació "El Camino Marítimo de la Ría de Muros Noia". El Cabildo Catedralicio de Santiago lo declaró oficial el 15 de diciembre de 2020, después de una investigación de tres años en la que se revisaron cartografía y documentación histórica. Esta ruta fue reconocida como ruta Jacobea en igualdad de condiciones que los caminos terrestres, como el Camino Francés, el Portugués, el Inglés, el del Norte, etc. Los peregrinos pueden obtener la "compostela", un diploma que reconoce haber completado el camino, al recorrer 90 millas por mar en velero y 10 kilómetros por tierra. El Camino Marítimo de la Ría de Muros Noia cumple con estos requisitos.
Para justificar el trayecto, a cada peregrino se le entrega al inicio de la ruta un pasaporte que debe sellar en establecimientos comerciales a lo largo de la ruta. En el pasaporte deben constar el nombre, DNI y fecha de inicio, junto con la fecha del sello.
El Camino Marítimo de la Ría de Muros Noia comienza en Vigo y llega hasta Portosin en un velero de la compañía Sailway, que se puede alquilar con o sin patrón. El viaje recorre la Ría de Muros Noia, visitando las Islas Cíes, Pedras Negras, San Vicente do Mar o Grove, Bahía de San Francisco, Muros, Noia y Portosin. Desde Betamirans hasta la ciudad del Apóstol, el viaje continúa por tierra. En cada puerto, se visitan las islas y poblaciones para que el "camino", además de marítimo, sea terrestre y permita conocer la belleza de las playas y ciudades medievales, así como disfrutar de la excelente gastronomía gallega.
Se trata de un camino que ofrece la oportunidad de disfrutar de una travesía marítima con impresionantes vistas de las ciudades que bordean la ría, como Cangas y Moaña, así como de las maravillosas Islas Atlánticas de Galicia. Estas incluyen las tres islas que conforman el archipiélago de las Cíes: la Isla de San Martiño, la Isla de Faro y la Isla Monteagudo, así como las Islas de Ons, Sálvora y Cortegada.
Estos lugares son auténticos paraísos naturales, caracterizados por playas de aguas cristalinas y de un azul turquesa, lo que les ha valido el reconocimiento como Patrimonio Natural. Desde la época de los romanos, estas islas han sido elogiadas como las "islas de los dioses". Esta elección divina no resulta sorprendente, considerando la belleza de sus playas. Además, estas islas tienen un atractivo que no solo cautiva a seres celestiales, sino también a los humanos.
La circulación de las aguas, combinada con el flujo de agua dulce hacia y desde la ría, crea un ambiente propicio para la proliferación de microorganismos, lo que a su vez se convierte en una fuente de alimento para una gran variedad de especies marinas. Como resultado, no es infrecuente observar la presencia de delfines, ballenas y focas que se acercan a estas aguas en busca de sustento.
En este ecosistema marino, se puede encontrar una rica biodiversidad que incluye bogavantes, centollos, pulpos, percebes, mejillones, erizos de mar, lenguados y rodaballos, entre otras especies marinas, además de una variada vegetación submarina. En conjunto, este ecosistema submarino representa uno de los más diversos y prósperos de toda la costa gallega.
La isla de Faro, también conocida como la isla del medio, ha quedado conectada a la isla Norte debido a la acumulación de arena en la parte interior del archipiélago. En la cara este de estas islas se encuentra la famosa playa de Rodas, acompañada por la laguna dos Nenos y un puente que cruza esta laguna, llevándonos hasta el extremo de la isla. En este punto, se encuentra el camping de Cíes y el Centro de Interpretación de la Naturaleza del parque.
Cuando la marea sube, el agua fluye entre las dos islas desde la cara oeste y, al quedar bloqueada por la playa, llena el espacio entre el arenal y las rocas, dando lugar a la formación de la laguna. Observar cómo las olas rompen contra las rocas y cómo el agua se introduce por pequeñas aberturas hacia el lago es realmente una maravilla.
El cormorán moñudo es una de las aves marinas más comunes en la isla, y paradójicamente, está en peligro de extinción. Este parque nacional alberga la mayoría de esta especie en España, siendo un refugio esencial para su supervivencia. Estas aves marinas exhiben un dominio excepcional en su hábitat acuático, incluso más que las gaviotas. Anualmente, alrededor de 1500 parejas de cormoranes moñudos eligen las Cíes como lugar de cría, lo que representa una de las concentraciones más grandes de Europa.
A menudo, se los puede avistar posados entre las rocas, volando a ras del agua, nadando o sumergiéndose bajo la superficie. Los cormoranes moñudos ejemplifican una adaptación notable al medio marino, con anatomía diseñada para desenvolverse con agilidad bajo el agua y capturar pequeños peces, que conforman la base de su alimentación.
Sin embargo, el cormorán moñudo no es precisamente el ave más abundante en estas islas. El archipiélago de las Cíes es un espacio privilegiado para la cría de aves, y en este sentido, la gaviota es la protagonista indiscutible con más de 22.000 ejemplares. De hecho, esta área ostenta el récord de la mayor concentración de gaviotas en el mundo.
Después de explorar las islas, nuestra travesía nos lleva hasta el puerto de San Vicente do Mar, donde la elección entre pernoctar en el velero o en un hotel dependerá de la opción seleccionada para la ruta. La magnitud de esta nueva "senda" radica en la posibilidad de disfrutar tanto de la intriga del mar como de los encantadores pueblos que conforman las comarcas de Muros y Noia. Es crucial recordar que nos encontramos inmersos en la famosa Ruta de las Rías Baixas de Galicia, una región dotada de una belleza natural excepcional, playas paradisíacas y una cocina rica y variada donde los productos marinos son los protagonistas indiscutibles.
Iniciamos nuestra etapa terrestre en San Vicente do Mar, un enclave perteneciente al municipio de O Grove, una península reconocida por la opulencia de sus aguas en cuanto a mariscos y pescados frescos, y por albergar la icónica Isla de La Toja. Nuestra intención es recorrer el sendero de madera de Pedras Negras, que se extiende a lo largo de unos 8 kilómetros entre enormes rocas. Este trayecto puede realizarse a cualquier hora del día. En las primeras horas de la mañana, si somos afortunados y el día está despejado, podremos disfrutar de un cielo de un azul pálido de una belleza singular. No obstante, el verdadero esplendor de este camino se manifiesta al atardecer, cuando el sol se oculta tras la Isla de Sálvora y el horizonte se tiñe de tonos naranjas, amarillos y rojos que cautivan la mirada.
De nuevo en el Velero continuamos la ruta, con salida desde el Puerto de San Vicente do Mar hacia la bahía de San Francisco por la Ría de Muros Noia y hasta Muros.
A la entrada de la ría de Muros y Noia la majestuosidad del mítico Monte Louro en la playa de Area Maior (Area Mayor) y la laguna de Xalfas nos continua cautivando. Galicia desborda belleza en sus múltiples playas de arena blanca y aguas cristalinas donde el dedo de Dios ha dibujado bellos paisajes.
La llegada al puerto de Muros es igual de impresionante que los lugares que hemos explorado hasta ahora. Muros es una localidad de tradición marinera, donde la pesca y el marisqueo han constituido la base de su sustento desde el siglo X. En el siglo XIX, empresarios catalanes se establecieron en la aldea y fundaron más de treinta fábricas de salazón, especializándose en sardinas y arenques, lo que se convirtió en la principal fuente de vida para la villa. Incluso en la actualidad, el sector pesquero continúa siendo un componente esencial de la economía local. El puerto de Muros no solo es un puerto marinero, sino también un puerto marítimo que atrae yates y veleros, contribuyendo al turismo náutico de la región.
Este puerto fue elegido no solo como punto de entrada para aquellos peregrinos que se dirigían a Santiago de Compostela, sino que también captó la atención de piratas normandos y musulmanes en el pasado, aunque no precisamente por razones peregrinas. Debido a esto, en el siglo XVI, el arzobispado tomó medidas y construyó una muralla para proteger la localidad. Los vestigios de esta muralla aún pueden observarse en las calles y plazas de Muros, recordándonos su historia defensiva y su importancia histórica.
El mar ha sido y continúa siendo una parte intrínseca de la vida en esta ciudad marinera, cuyas estrechas calles llevan nombres originales como "Calle del Sufrimiento", "Calle de la Amargura", "Calle de la Salud", "Calle de la Soledad", "Calle de la Esperanza", "Calle de la Paciencia", entre otros. La ciudad se compone de casas señoriales y típicas viviendas marineras, de uno o dos pisos, con balcones y plantas bajas que cuentan con soportales. Fue en estos soportales donde los hombres solían ocuparse del mantenimiento de los aparejos de pesca, mientras que las mujeres se dedicaban a salar y lavar el pescado. El corazón histórico de la ciudad fue reconocido como Conjunto Histórico-Artístico en mayo de 1970, en virtud de la conservación de sus características viviendas marineras y la presencia de palacios góticos y edificaciones religiosas notables, como la ex colegiata y la ermita de la Virgen el Camino.
Praza do Concello (Plaza del Ayuntamiento) También conocida como Curro da Praza, era donde se celebraban corridas de Toro las "touradas".
Los Cruceiros en Galicia son parte esencial de su identidad cultural, se estima que hay alrededor de 10,000 de ellos en la región. En Muros, podemos encontrar varios de estos cruceiros ubicados en frente de iglesias, a lo largo de caminos y en plazas, como el cruceiro del siglo XVIII en la Plaza del Cristo. Esta pequeña plaza, que antes se conocía como la Plaza de la Leña, embellece su centro con una cruz cilíndrica adornada con nudos o espinas, así como con cuatro cabezas de ángeles en sus lados y en los ángulos, además de hermosos adornos y follajes. Una cara presenta la imagen del Redentor y la otra la de la Virgen de los Dolores. Todo esto descansa sobre un pedestal con un capitel.
El significado de estos cruceiros puede variar ampliamente. Algunos creen que se erigían como memoriales en honor a los difuntos, especialmente por familias acomodadas que deseaban recordar a un ser querido. Otros se erigían como acto de penitencia por pecados cometidos, mientras que algunos tenían la función de guiar y brindar protección divina a los peregrinos, ya que enfrentaban enfermedades y robos, peligros frecuentes para aquellos que emprendían el Camino de Santiago, incluso hasta finales del siglo XX.
Otra plaza significativa es la Plaza de la Pescadería Vieja, donde en el pasado se distribuía el pescado. Aquí, sobrevive la fuente del lagarto con números romanos que indican el año de su construcción. En la actualidad, la plaza ha evolucionado en un espacio de esparcimiento, ideal para disfrutar de la exquisita cocina gallega, así como para degustar vinos y tapas en las numerosas bodegas y tabernas que se encuentran bajo los soportales de las antiguas casas ubicadas en la plaza.
Otro punto destacado es la Plaza del Mercado (previamente conocida como Plaza Mayor), donde se encuentra el imponente edificio de cantería del mercado de abastos, caracterizado por su distintiva doble escalinata.
Iglesia Parroquial de San Pedro de Muros
Construida sobre una primitiva iglesia de estilo románico del siglo XII, de la cual solo se conserva la portada principal. En el siglo XVI, esta iglesia fue convertida en colegiata gracias al apoyo de los Reyes Católicos y el Papa.
De estilo gótico mariñeiro, la iglesia presenta una mezcla de diversos estilos arquitectónicos debido a las remodelaciones llevadas a cabo a lo largo del tiempo. La torre y el pórtico, que datan del siglo XVII, son de estilo barroco y fueron realizados por el gremio marítimo.
En su interior, la iglesia se organiza en una única nave con arcos amplios que guían hacia el altar. Sin embargo, la característica más sorprendente se encuentra en su pila de agua bendita, la cual presenta una gran serpiente tallada en espiral. Esta representación simboliza el triunfo del bien sobre el mal, ya que la serpiente queda purificada por el agua, aludiendo a una alegoría de purificación y redención.
Molino de Mareas de Pozo de Cachón
La última parada en Muros es el Molino de Mareas de Pozo Cachón. Este antiguo molino, construido en el primer tercio del siglo IX, aprovechaba la energía de las mareas para la molienda de cereales, especialmente maíz. Este tipo de molinos almacenaban agua durante la marea alta y luego canalizaban esa agua hacia las ruedas cuando la marea bajaba, haciendo girar las muelas y así logrando moler los granos. Este tipo de construcciones eran comunes en países como Irlanda y los Países Bajos, y en Galicia, en algunas localidades. En Muros, se construyó a principios del siglo XIX y es uno de los molinos más grandes e importantes de toda Europa.
Además de su historia como molino, el edificio sufrió una transformación en el siglo XX y fue convertido en los Baños de Santa Rita, un lugar especializado en el tratamiento de enfermedades reumáticas mediante tratamientos de agua marina y algas. A lo largo del tiempo, el molino pasó por diferentes propietarios y usos hasta que finalmente fue restaurado por el Ayuntamiento de Muros. Actualmente, alberga el Centro de Interpretación da Ruta dos Muíños da Costa da Morte (Ruta de los Molinos de la Costa de la Muerte), en el cual se exhiben construcciones que desempeñaron un papel importante en la historia de la zona.
Este centro de interpretación se divide en dos áreas claramente diferenciadas: una parte dedicada al molino y que sirve como sede de la institución, y el almacén-casa de baños, que actualmente se utiliza como sala de exposiciones. Así, el Molino de Mareas de Pozo Cachón no solo representa un aspecto esencial de la historia molinera de la región, sino que también se ha adaptado y transformado a lo largo de los años, manteniendo su relevancia en la vida de Muros.
Iniciamos nuestra última travesía marítima desde Muros hasta Portosin, navegando por la Ría Muros Noia. En esta travesía, podemos apreciar la presencia de la Isla de A Creba. Esta isla pasó a ser propiedad privada en 1966.
A lo largo del tiempo, ha experimentado un notable cambio gracias a las labores de repoblación y conservación de los bosques de pinos. Cuando fue adquirida, la isla apenas era un montículo cubierto de matorrales y rocas. Hoy en día, cuando la observamos desde el mar, luce magnífica, con una vivienda rodeada de frondosos pinos que embellecen su paisaje.
NOIA
Tras un descanso revitalizante en Portosin, una visita imprescindible es dirigirse a Noia y explorar la Iglesia de San Martiño en la Plaza de Taral.
La plaza, además de albergar la iglesia, está rodeada por terrazas de restaurantes y bares a lo largo de sus laterales, y en su centro se erige un cruceiro, una cruz de piedra típica de Galicia.
La Iglesia de San Martiño fue consagrada en el Año Santo de 1434, como se puede apreciar en la parte inferior del dintel de su puerta principal. Su arquitectura sigue el estilo gótico mariñeiro, y fue construida en el sitio donde previamente se encontraba una ermita dedicada a la Virgen María.
El edificio presenta un aspecto de fortaleza, con dos torres que flanquean su entrada principal y se conectan mediante un camino de ronda. La portada principal está influenciada por el Pórtico de la Gloria de la Catedral de Santiago de Compostela, y en su tímpano se encuentra un escudo de Castilla y León rodeado por las armas del Arzobispo Mendoza, quien impulsó la construcción de este templo.
Como se puede apreciar, una de las dos torres de la Iglesia de San Martiño de Noia se encuentra inacabada, y a su alrededor existe una leyenda oscura relacionada con su terminación. Según la leyenda local, se dice que cualquiera que intente finalizar la construcción de esa segunda torre enfrentará un trágico destino. Un destino trágico que, en su momento, afectó al maestro cantero que intentaba completar la torre.
Independientemente de si esta leyenda es real o se trata de una superstición, en 1973 ocurrió un accidente desafortunado y triste que parece estar relacionado con esta creencia. Durante el rodaje de la película "La Campana del Infierno", se construyó una réplica en cartón piedra de la parte inacabada de la torre para que ambas torres aparecieran en la película. Casi al finalizar el rodaje, durante una toma final, el director de la película, Claudio Guerin, subió a la torre para colocar una cámara. Sin embargo, mientras intentaba hacerlo, tropezó y cayó al suelo de la plaza, perdiendo la vida en el acto. En el suelo de la plaza, se puede ver una cruz roja pintada en el lugar donde cayó el infortunado director.
Esta historia, ya sea leyenda o hecho trágico, ha contribuido a rodear la iglesia con un aire de misterio y superstición, añadiendo aún más profundidad a su rica historia y arquitectura.
La portada de la Iglesia de San Martiño de Noia está enmarcada por tres arquivoltas, sostenidas por tres pares de columnas que están adornadas con figuras de bestias y seres humanos. Los capiteles de estas columnas están decorados con motivos vegetales y ornamentales.
En el lado izquierdo del arco exterior de la portada se puede observar una representación de la Virgen María embarazada, mientras que en el lado derecho se encuentra la figura del Arcángel San Gabriel.
En la parte superior de la portada, se encuentra una representación de Cristo y los doce ancianos del Apocalipsis, cada uno de ellos sosteniendo instrumentos musicales en disposición radial.
El rosetón, una ventana circular decorativa, está flanqueado por cuatro ángeles que sostienen trompetas, dispuestos en los cuatro puntos cardinales. Esta disposición se basa en la clásica visión apocalíptica del juicio final.
Aquí puede observarse la imagen de la Virgen embarazada.
Iglesia de Santa Maria la Nueva - Museo de Lapidas Gremiales
La Iglesia de Santa María A Nova, una estructura gótica de estilo mariñeiro (marinero), ha sido transformada en un museo que alberga el conjunto de lápidas funerarias más destacado de Europa. Estas lápidas, que datan desde el siglo XIV hasta el XIX, suman más de 500 y se encuentran en excelente estado de conservación. Se exhiben en el interior de la iglesia.
Denominada "A Nova" debido a que fue construida sobre una iglesia románica, su origen se remonta a 1327, como se refleja en una inscripción en gallego en el dintel de la puerta. Con un estilo gótico-mariñeiro con influencias románicas, destaca el pórtico neoclásico de 1817, que se encuentra bajo el rosetón gótico. En el tímpano del pórtico se representa la Adoración de los Reyes Magos, quienes podrían ser considerados los primeros peregrinos al visitar un lugar sagrado. Los Reyes Magos se encuentran a la derecha de la Virgen y el Niño Jesús.
El museo contiene lápidas con inscripciones talladas que hacen referencia a los gremios. En estas lápidas se observan siluetas e instrumentos de trabajo que corresponden al fallecido, como zapatos para los zapateros, herramientas para los herreros, entre otros. También presentan marcas familiares, elementos heráldicos y figuras humanas. Una de las lápidas más famosas es la erróneamente llamada "lápida del peregrino". Representa a una figura vestida de manera similar a un peregrino, pero el libro y las herramientas que lleva sugieren que es más probable que sea un miembro de un gremio, como un carpintero. Su túnica, que llega hasta los pies, está decorada con conchas de vieira, lo que ha llevado a la confusión de que sea un peregrino.
La pila bautismal del siglo XV representa a un personaje de frente sosteniendo una cruz en la mano. En la columna, parece representarse a la Virgen con el Niño y una serpiente debajo.
Situada frente a la pila bautismal se encuentra un sarcófago de un tabernero del siglo XIV, Ioan de Estivadas. Originalmente enterrado en la Iglesia de San Martiño.
En el interior, se encuentran las lápidas mejor preservadas, aunque la mayoría de ellas están apiladas en la parte trasera de la iglesia, donde se encuentra el antiguo cementerio. Este cementerio está notablemente bien conservado y la mayoría de las tumbas están niveladas con el suelo. En el área se hallan dos cruceiros, uno de ellos con un baldaquino. Este caso es único en Galicia junto con el de la Trinidad en Bayona, y data del siglo XVI.
Durante muchos años, era una tradición celebrar festividades campestres en el cementerio, incluso comer en ocasiones sobre las sepulturas, como una manera de honrar a los antepasados en el lugar donde descansaban y en el que se reposaría en el futuro. Esta celebración guarda similitudes con las que se llevan a cabo en muchas localidades de México para conmemorar a los difuntos, una tradición que tiene sus raíces en la era prehispánica y que luego se entrelazó con la festividad católica de los fieles difuntos tras la llegada de los colonizadores españoles.
Siguiendo el camino, encontramos un puente medieval que cruza el río Tamber y conecta los concejos de Outes y Noia. Este puente, conocido como el Puente Nafonso o Puente Alfonso, tiene una historia de 12 siglos en Galicia.
El puente tiene una anchura de 4,5 metros y no cumple con las condiciones necesarias para el tránsito de mercancías en la época actual. Durante muchos años, el transporte de mercancías se realizaba en barcas a través del río.
Recientemente, se ha construido un nuevo puente de vía rápida con una anchura de 12 metros. Esta nueva infraestructura ha reducido en más de cuatro kilómetros la distancia entre Noia y Outes, al mismo tiempo que ha mejorado significativamente la comunicación entre Muros y Santiago.
La construcción de este nuevo puente era necesaria para unir dos comarcas históricamente separadas por la ría y un gran río. Sin embargo, esta obra no fue ampliamente aceptada debido al impacto en el paisaje. Los gallegos tienen un gran aprecio por el paisaje natural que les rodea y consideran importante respetar y conservar el patrimonio natural y la biodiversidad. Se toman medidas preventivas para garantizar un uso sostenible y el disfrute del entorno natural. Cabe destacar que el Estuario del Tambre forma parte de la Red Natura 2000, una red de áreas de gran valor ecológico.
Monasterio de San Xusto de Toxosoutos
A tan solo 1 kilómetro de distancia de Noia se encuentra este monasterio, ubicado a los pies del Río San Xusto, afluente del Río Sóñora o Traba, que desemboca en la Ría de Noia. El monasterio está parcialmente oculto y se accede a él a través de una larga escalinata que desciende desde la carretera.
La fundación de este monasterio data del siglo XII y se atribuye a dos caballeros: Froylán Alonso y Pedro Muñiz de Carnota. Estos dos hombres, que abandonaron la vida militar, decidieron abrazar la vida monacal bajo la regla benedictina.
Con el tiempo, el monasterio fue adquiriendo propiedades y creció en riqueza, llegando a convertirse en uno de los monasterios más prósperos de Galicia. Esto llevó a la creación de prioratos para administrar sus posesiones.
A partir del siglo XIV, el monasterio comenzó a declinar debido a presiones tanto nobiliarias como eclesiásticas, que anhelaban las riquezas de Toxosoutos.
En 1504, el monasterio se unió al Monasterio de Sobrado dos Monxes y pasó a formar parte de la orden cisterciense. Las posesiones restantes del monasterio se incorporaron a las riquezas de Sobrado. Siglos después, la invasión francesa y la conocida desamortización de Mendizabal en 1835 llevaron al monasterio al abandono.
Actualmente es un lugar para disfrutar de la naturaleza , donde sobresale la figura de la sobria iglesia parroquial barroca del siglo XVIII que tiene un gran torreón adosado a la izquierda de la fachada. Y poder disfrutar de las cascadas del Río San Xusto.
Continuamos nuestro camino, con la esperanza de llegar antes de las 6 de la tarde a Santiago, hora de cierre de la Oficina de Atención al Peregrino, donde presentaremos el Pasaporte sellado para obtener la "Compostela". Llegamos a Bertamiráns, donde hacemos una parada para comer y ya con la mirada puesta en los últimos once kilómetros que nos quedan para completar todo el trayecto a pie.
Una vez que ponemos pie en Santiago y obtenemos la "Compostela" frente a la majestuosa Catedral, la felicidad se mezcla con la tristeza de haber concluido este "camino". Hemos dejado atrás una travesía espectacular en velero, una experiencia extraordinaria para aquellos de nosotros que amamos el mar.
Realizar el Camino de Santiago puede ser un acto de fe para aquellos que son religiosos, pero en la actualidad, no es solo la religión la que motiva a las personas a desear llegar a la ciudad del Apóstol. El CAMINO es también una forma de hacer un examen de conciencia, y para eso no es necesario ser creyente o religioso. Es una manera de desconectarse de una vida estresante, algo que es muy común en estos tiempos y afecta tanto a hombres como a mujeres en su vida diaria.
El "CAMINO" se puede recorrer a pie, en bicicleta, a caballo, en coche y ahora incluso en velero. Hay muchas formas que nos invitan a realizar un CAMINO DE SANTIAGO, que nos ayuda a regenerar la mente. Caminar sin prisas, recorriendo cada trozo de tierra, dejando nuestra huella en el suelo, respirando aire puro y revitalizando nuestros sentidos con los aromas de las flores y la tierra mojada, mezclados con el aroma del mar.
Navegar en un velero en medio del vasto mar y contemplar la costa nos invita a reflexionar mientras llegamos a lugares de gran belleza, como las Islas Cíes, visitamos ciudades y nos enriquecemos con sus monumentos, iglesias, plazas y calles, absorbiendo la belleza de los lugares que forman parte del CAMINO. Nos volvemos más sabios al compartir con las personas que encontramos a lo largo del recorrido, enriqueciéndonos con sus vivencias.
No es necesario recorrer 500 kilómetros ni 300. Tenemos muchas variantes del CAMINO donde podemos disfrutar de bellas poblaciones y visitar iglesias, monasterios, catedrales, capillas, bosques, ríos y puentes milenarios. Playas y paisajes de gran belleza, y por supuesto, disfrutar de la renombrada cocina gallega, famosa en todo el mundo. Este viaje es altamente recomendable y nos brinda una experiencia transformadora.
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